El otro día tuve que padecer una de las situaciones más incómodas para mí.
Tuve que soportar la presencia amenazadora de un enorme perro saltando y corriendo descontroladamente a mi alrededor y, para más INRI, ladrando con voz atronadora.
A duras penas contuve mi irritación y mis deseos de huir de allí y mantuve el tipo como pude. Aunque mi mente buscaba una salida no la había más que tratar de tranquilizarse y esperar el cese del estímulo aversivo...
Quien no padezca fobias o haya experimentado nunca este tipo de estrés no sabe a lo que me refiero. Y lo malo es que el sufrimiento se reproduce cada vez que la memoria retorna el suceso al momento presente.
Tuve que soportar la presencia amenazadora de un enorme perro saltando y corriendo descontroladamente a mi alrededor y, para más INRI, ladrando con voz atronadora.
A duras penas contuve mi irritación y mis deseos de huir de allí y mantuve el tipo como pude. Aunque mi mente buscaba una salida no la había más que tratar de tranquilizarse y esperar el cese del estímulo aversivo...
Quien no padezca fobias o haya experimentado nunca este tipo de estrés no sabe a lo que me refiero. Y lo malo es que el sufrimiento se reproduce cada vez que la memoria retorna el suceso al momento presente.
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