lunes, 28 de febrero de 2011

Carne para Toby

Perro grande no vive bien en piso pequeño

El perro de mi vecino es un enorme Golden Retriever hermoso de pelo largo. Debe pesar unos 40 kg. Lo oigo todos los días dar fuertes ladridos cuando siente una necesidad no bien atendida por su amo: cuando quiere salir a la calle, cuando está solo mucho rato y demanda compañía, cuando el amo sale a una hora no prevista y cambia la rutina diaria, etc. Los ladridos son tan fuertes que se oyen desde la calle a unos 100 metros de distancia y atraviesan con facilidad las paredes interiores y maestras de la casa. Como a tantas personas que viven solas (frecuentemente viudos y viudas), sus parientes tuvieron la feliz idea de comprarle un cachorrillo que fue creciendo y creciendo hasta llegar a la gran talla que hoy presenta. Ciertamente el animal obliga al amo a sacarle 3 veces al día (para orinar y defecar) dando una vuelta a la manzana y visitando el parque cercano. Normalmente no hay señales de orina en el ascensor, sólo muy de vez en cuando. Las plastas las recoge puntualmente el amo y las tira a una papelera. Claramente está a la vista de cualquier espectador atento a un par de capítulos de "El encantador de perros" (Cesar Millán) que la energía de este animal requeriría largos paseos diarios de varios kilómetros y carreras por amplios espacios adecuados. Me da pena pensar en este perro dando vueltas por las 4 habitaciones de su piso día tras día esperando que le saquen a dar su paseito por las calles. Un perro grande no puede estar bien atendido en un piso pequeño y en una ciudad rodeado por cemento y asfalto.
Es un perro nervioso que cuando se cruza con
otro ladra y se pone agresivo. Los que le pasean deben estar muy atentos (a veces es una chica de unos 15 años, sobrina del amo) para que no les derribe o se escape tirando con fuerza de la correa. Por la calle va siempre tirando de la persona que le sigue a duras penas. Alguna vez se les ha escapado por la escalera... Entonces le llaman y no acude. Tienen que bajar a buscarlo y engañarle ofreciéndole comida para poder cogerle por el collar... Se ve que el animal NO está educado. Hace su santa voluntad. Una vez vi como jugando con él, tirándole una pelota de tenis, al querer cogérsela de la boca mordió la mano a la sobrina del amo. Otro día pregunté a mi vecino por el perro, que se llama Rocco, pues no le había oído ladrar en todo el día, y el amo me explicó que estaba enfermo y había sufrido varias crisis epilépticas, y que le daba valium en supositorios.

Cuando me cruzo con Rocco trato de alejarme lo más posible porque no quiero que me chupe ni me plante las patas encima como ha hecho varias veces que no le han sujetado bien. Por no subir con él en el ascensor subo andando, aunque eso puede provocar un encontronazo en el rellano y el consabido susto y ansiedad para mí.

Ojalá a este perro se lo lleven algún día próximo a vivir a una casa en el campo donde podrá correr y disfrutar de la vida semi libre que necesita y de la que carece... y ojalá lo eduquen para que tenga una energía tranquila y no escandalice y moleste con sus ladridos y su conducta imprevisible a toda la vecindad...y así yo no sufriría día tras día del error que tuvieron al elegir una raza demasiado grande y no educar al animal...
Siempre me pregunto en casos así. Estas personas que "descuidan" así a los animales que poseen... realmente los quieren. Será el caso del refrán: "Quien bien te quiere te hará llorar".

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